Escobas, brujas, juegos malabares
Apareció, con el sonido del trueno, insonoro
la bella bruja con su escoba
en vuelo rasante, como quien no quiere la cosa
nuevo modelo, el último de Honda
cambio automático, dirección asistida
GPS y otras mil maravillas.
Los jovenzuelos, más salidos que la pata de un romano
la miran a ella sobre esa escoba
reluciente, de metales brillantes, con alerones de cola
ella, minifalda de corte en los laterales
de abajo hasta la cintura que en vuelo se levanta
su pelo suelto que parece la cola de un cometa.
Con sus faros de infrarrojos de largo alcance
lo divisa todo en la luna llena
se ven raros allá en las alturas
como si fueran raras estrellas
sus ojos, brillantes como dos diamantes
parpadeantes como si giraran en sus dos cuencas.
Los jovenzuelos, volvamos a ellos
desesperados por viajar en esa escoba último modelo
todos quieren montarla... ¿La escoba o la bruja?
Lo dejaremos en la intriga, un mundo es cada mente
todos le le sonríen, le hacen muecas
por si desde la distancia de sus anhelos se apiada.
Los más viejos, con más ganas que los jóvenes
echándoles la bronca por su comportamiento
mientras la baba se les iba cayendo por las comisuras
sus mujeres a escobazos les bajaban los ánimos
acabando en casa escondidos, o en el bar medio borrachos
la bruja haciendo piruetas ante las ventanas...
Todos, los hombres, mirándose el pendejo
cada vez más solidario con su mente
firmes como el palo de telégrafos
por su cuerpo toda la corriente
las mujeres, envidia a mansalva
ella, la bruja, con todos se carcajeaba...
Todo llegó al pleno del Ayuntamiento
vaya lío se ha montado, aumentando los divorcios en el pueblo
el alcalde hipnotizado, de la bruja enamorado
los concejales callados, sus mujeres a escobazos
la policía, en silencio, sus mujeres están al lado...
Toni Oliver
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