En el fragor de la batalla
En el fragor de la batalla
cuando la humanidad se daba por perdida
apareció la gran dama, guerrera ella
en su armadura de acero enfundada
en sus manos, el escudo y la espada
defendiendo los valores de esa humanidad perdida
por dentro de la armadura, que nadie lo sepa
una gran dama con sentimientos que le salen del alma
aflorando por las costuras
tapadas con su gran capa, roja
como la pasión que lleva en sus mudas palabras
silente, la mayoría del tiempo desapercibida
hasta que revienta ante la injusticia
como una bomba aparentemente controlada
aunque por dentro mantenga la calma
como hacen los grandes estadistas
como se juega en el tablero con sus fichas
al terminar la batalla
limpia la armadura, la engrasa
al igual que el escudo y la armadura
disfrutando del amor que llena su alma.
Toni Oliver
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