Perdí esa neurona
Perdí esa neurona
la que me escribía los poemas
ahora, silente divaga
por donde lo hacen las estrellas.
Empecé a buscarla
en doquier que se hallara
nadie de ella sabía nada
se la había tragado la tierra.
Pregunté a las otras neuronas
sí, esas, sus compañeras
no entienden su ausencia
ni tampoco el que desapareciera.
A pleno pulmón intenté llamarla
no me salían las palabras
las lágrimas no me dejaban
y su alguna salía se entrecortaba.
Miré al cielo, una extraña luz aparecía
no era una estrella, ni la luna, ni un cometa
era un brillo que con palabras no se describía
de manera extraña se paseaba.
Sus movimientos no respondían a la física
saltos imposibles en la distancia
ahora aquí, ahora allá
millones de kilómetros entre ambas.
A mis poemas me recordaba
a veces sin ton ni son en sus palabras
otras cambiando la secuencia
hasta la frecuencia de la rima.
Ahí estaba ella
entre las estrellas
se identificaba en sus formas
me saludaba.
Le devolví el saludo entre alegría y pena
alegría por su vuelo a la libertad
pena por su ausencia
una lágrima me caía por la cara.
Toni Oliver
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