Apareció el diablo
Apareció el diablo
con su mirada bajo la luna llena
hipnotizó mi mente y cuerpo
con sus caricias de fuego y arena.
Ardía, como la arena bajo el sol
sus manos, suaves como el agua de mar
su lengua, candente como el hierro en la fragua
su corazón, reventó mi pasión.
Notaba a mi alrededor lenguas
parlanchinas, sin emoción
la envidia les corroía
su mente les encarceló.
Un mundo nuevo entre llamas
la luna sonrió
al ver el brillo en mi cara
la alegría del corazón.
Grandes puertas separaban
la realidad de la ficción
lo contado es pura mentira
ahí arde el fuego, sí, el interior.
Toni Oliver
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