Es tanta la algarabía
Es tanta la algarabía
entre el graznido de los cuervos
la mirada de los buitres silentes
las estruendosas risas de las hienas
junto con el rebuznar de los burros
mientras te ponen la mortaja
que de la realidad no te enteras de nada.
Cuando llega el silencio
de tu cuerpo ya ni los huesos
ni tan siquiera el recuerdo
aniquilaron los sentimientos
de la humanidad silenciada
mientras la algarabía los oídos taponaba
así los carroñeros campaban a sus anchas.
Sólo queda en la memoria cármica
un recuerdo de la ceguera
el silencio y la sordera
de quienes taparon sus ojos
sus oídos y callaron
las injusticias eternas que se están cometiendo
con el beneplácito de la inactividad.
Quizás, esperando que se hartaran
los buitres, los cuervos, las hienas
lo que llevan en su sangre y sus genes
de carroña alimentarse
sin importar el sufrimiento
de su principal plato perverso
la empatía en sus genes no pusieron.
Toni Oliver
No hay comentarios:
Publicar un comentario