Este poema bien podría ser una prosa humorística, pero la voy a usar como homenaje a todas esas personas que padecen Alzheimer, muchas veces incomprendidas.
Cuando nos encontremos con alguien así, cuidémoslo, mimémoslo , ya no es el ser que fue, ese ser querido con el que pasamos muy buenos ratos, es otro ser que, aunque lo aparente, no es la misma persona que conocimos, sino otra que a veces está sufriendo al verse rodeada de seres extraños que no conoce, salvo en muy breves momentos de lucidez.
También es muy doloroso para las familias pasar por este trance, pero, recodémoslo, nos puede pasar a todos, nadie está exento de ello.
A veces lo olvido
A veces lo olvido
olvido ponerme la cabeza
las gafas en mi mano
no hay orejas donde colocarlas.
Oh!! Encontré la cabeza
en mis manos no hay nada
la vista ya cansada
buscando las gafas.
Busco el pañuelo
mi resfriado me ahoga
la nariz taponada
¿Pañuelo dónde andas?
En mis manos el pañuelo,
calentito, planchado
la nariz buscando
¡Ostras! La cabeza se me ha olvidado.
Intento colocarme los calcetines
¡Mis pies! ¿Donde están mis pies?
Antaño los tenía al lado de los zapatos
no los veo. ¿Se me habrán escapado?
Encontré mis pies
estaban en el baño
al lado mis zapatos
los calcetines se han evaporado.
Me miro al espejo
no me veo ¿Que ha pasado?
¡Oh que raro!
Esto es un cristal opaco.
Intento peinarme
¡Me he quedado calvo!
Peine en la mano
¿Donde mi pelo he dejado!
Traicionera memoria
¿Porqué así me vas tratando?
¿Que te he hecho?
No quieres estar a mi lado.
Toni Oliver
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