Y pensé que estaba vacunado
Y pensé que estaba vacunado
del veneno de las flechas de Cupido
nada hacía mella en mi corazón
mi viejo motor partido.
Muchos años
muchos caminos andados
demasiadas batallas se han dado
una gran coraza se ha formado.
Y un día, sin nada haber entendido
se me clava una flecha del niño
ya viejo, ciego y anciano
todo su veneno
en mi corazón ha inyectado.
Adiós a la coraza que ha destrozado
convertida en mil pedazos
alejados por el viento
por todo el mundo desparramados.
Late ese viejo corazón
con fuerza, alocado
nada entiende, sigue despistado
nada ve, sigue cegado.
Las ganas de vivir ha recobrado
ese despistado anciano
brilla el sol aunque esté nublado
deslumbran las estrellas estando diluviando.
El brillo de su rostro
por las arrugas apagado
de nuevo está brillando
cual joven enamorado.
Toni Oliver
No hay comentarios:
Publicar un comentario