Arden las llamas
Arden las llamas
valga la redundancia
el monte se quema
nada de la vida queda.
Del paraíso quedan las cenizas
antes verde, todo oscuro ahora
miles de seres de evaporan
como el humo que sube a las alturas.
Se veía vida
ahora muerte y melancolía
mala fe de gente maldita
en la que su corazón no medita.
Las aves miran con pena
sus amigas calcinadas
volando con la brisa
hacia el azul mar.
Las montañas carbonizadas
ese negro que duele a la vista
negro de destrucción y pena
dolor de todo tipos de vida.
Que nos queda la esperanza
pues sí, con el tiempo volverá
a renacer de sus cenizas
ese verde que tanto se anhela.
No se nos olvidará la desgracia
permanecerá en el corazón quedará escondida
como recuerdo de la maldad humana
o de nuestra impudencia maldita.
Toni Oliver
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