Se rasgaron las vestiduras
Se rasgaron las vestiduras
el corazón latía con desmesura
el pecho aflorando mirando las estrellas
el aire entrecortado por la garganta
ausente la mirada
veía con los ojos del alma
al igual que sentía
el fuego, las llamas
ese ardor que escocía
mientras la piel se grababa
humeaba, humeaba.
El corazón ya a su suerte se abandonaba
el palpitar relentizaba
el cuerpo por los aires volaba
planeaba como en otoño las hojas
o el águila en lo alto de las montañas
su mente, al infinito viajaba
lugares recónditos que ni imaginaba
hasta aterrizar en el charco de la calma
rompiendo el reflejo de su mirada
sobre el agua clara.
Toni Oliver
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