La encontré
La encontré, sí, la encontré
a esa aguja tan buscada del pajar
buscaba una sandía guardada entre la paja
muy guapa ella, con su traje a rayas
mas, al agacharme para agarrarla
en un dedo descuidado la aguja quedó clavada.
Me miró el búho que en el pajar descansaba
con su burla descarada
esos ojos ojipláticos que me miraban
mientras el dedo se desangraba
los murciélagos sólo me faltaban
para chuparme la sangre que me quedaba.
Sopló el viento escondiendo la luna
trayendo la lluvia de lágrimas
las mismas que la luna soltaba
al ver su sonrisa tapada
por esa nube atormentada
que a relámpagos la tierra iluminaba.
Con sus truenos la despertaba
allá en los albores del alba
rayos de sor emergentes a escondidas
irrumpiendo con su color naranja
tiñendo la tierra que queda anaranjada
como si el fuego la arrasara.
Hasta en el horizonte aparecen las hadas
bailando entre las nubes sonrojadas
los nomos sobre el verde bailan
labrando esa tierra árida
de vientos de fuego y sus flamas
hasta que de nuevo cae el agua.
Toni Oliver
No hay comentarios:
Publicar un comentario