Amanecí ante el espejo
Amanecí ante el espejo
hoy estaba muy raro
ahí, a mi espalda
asomados ala pantalla
esa que espejo se llama
todos mis miedos pasados.
Ese hombre viejo, con su saco
con cara del malvado
que los niños iba metiendo en el saco
si salías fuera del establecido horario
te llevaba lejos, un lugar abandonado
donde de todos los males te iban acusando.
El fantasma de la noche
ese que aparecía, te estremecía
se erizaba el vello sólo con verlo
un elemento sin cuerpo
sábana de vestimenta
que atravesaba muros y suelos.
El famoso lobo
con sus colmillos blancos
muy afilados, muy afilados
hambriento, cara de asesino
lo curioso de este miedo
jamás han existido en este terreno.
Una boca con los labios sellados
para que no soltaras las palabras
no explicaras tus sentimientos
cuando la abrías, sopapo en los morros
castigado al infierno
lo que se siente no se explica al mundo abierto.
También estaba el indeciso
escondido en un rincón
pensando en dar un salto al frente para ser visto
o quedarse acurrucado
esperando que alguien vaya decidiendo
si te mueves o te quedas ahí tirado.
Esos diablos inventados
entre sus llamás contentos
con sus tridentes bien afilados
sus cabezas deformadas
las calderas de aceite hirviendo
tu destino si no obedecías al mandatario.
¡Oh! Ese Dios aterrador
que se enfada con tu vocabulario
su ira, su enfado
mandándote infernales rayos
queriendo asarte como a un cordero
por desobedecer los mandatos del clero.
Esos policías que primero te muelen a palos
luego te preguntan que te ha pasado
miedo que se respiraba al ver a alguien uniformado
poco importaba si tenías la razón
sólo si eras pobre, del partido o millonario
si eras de los primeros, culpas y palos.
O esa intimidad, el miedo al fracaso
miedo también inventado
haciendo fracasar cualquier relación
no por la relación en sí
sino por ese miedo incrustado
en ese lugar del subconsciente más profundo.
Muchos más pululando
a mis espaldas frente al espejo
cual Pepito grillo de un pasado
reminiscencias del presente
futuros inciertos
cualquier suceso paralizando.
Abro y cierro los ojos
aparecen y desaparecen
al son de los párpados
al final se rompe el espejo
se multiplican los escenarios
hasta que todo lo barro.
Toni Oliver
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