Helado viento
Helado viento asoma por las rendijas de las ventanas, tras la penumbra de la nubes y algún que otro rayo de sol que deja ver la belleza de las hojas caducas, cayendo de sus ramas con ese hermoso vuelo empujado por el aire, sus piruetas, saltimbanquis indefinidos. Mis pies ya casi congelados por el cortante frío, cuchillos que se clavan, al punto de dejarlos dormidos, añorando ser como los osos
que al llegar el otoño, ya sebosos, en sus cavernas, guareciéndose del invierno...
Toni Oliver
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