Entré por la puerta roja
Entré por la puerta roja del infierno, terciopelo encarnado, como mi corazón que con fuerza estaba latiendo. Luces de colores, no, son las chiribitas en mis ojos que me alumbran entre parpadeos, lindas curvas sobre el horizonte, divisándose un desierto de cabezas con poco pelo, pero... Más allá, esa preciosidad, esos movimientos hipnotizantes, haciendo de una simple culebra una boa constrictor, cual anaconda abrazándome con sus brazos, entrecortándome la respiración...
Toni Oliver
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