Una luz
Una luz
entre el tenebroso camino
penetrando la niebla hasta el suelo
las pisadas se vuelven barro.
Nada cerca, ni lejos
ni la luna va asomando
las paredes historias van contando
pasado, muros mudos.
En sus piedras tu oído
suenan los cascos de los caballos
el chocar del acero contra el acero
gritos ahogados.
El barro, ya de color rojo
de tierra o de cuello cortado
va manchando los zapatos
de un lodo pegajoso.
Respiras hondo
apartando la cabeza del muro
de nuevo, silencio
el cuerpo todo húmedo.
Tras el rayo
las tinieblas rompiendo
llega el estruendo
de un feroz trueno.
De pronto, la voz de un niño
no sabes de donde ha salido
angélica voz, venga Señor
le sigues sus pasos.
Los huesos ya calados
enfrente un fuego
arden los leños
el calor entra en el cuerpo.
Lámpara de aceite, parpadeo
de los leños sus crujidos
las llamas, su danza, hipnótico
el corazón, ya palpitando...
Toni Oliver
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