Separados el sol y la luna
Separados el sol y la luna
por sentencia eterna.
Condenados a verse
pocos minutos antes de desvanecerse.
Del amor, de la lejanía
del anhelo y de la nada
nació el colibrí que les encantaba
su vuelo les hechizaba.
Pasaban los siglos y ahí los tres estaban
El sol y la luna no se hablaban
melancólicos por la distancia
el colibrí los miraba.
Secaba el extraño pájaro sus lágrimas
día tras día, le apenaba.
Al sol de dirigió un día.
Dime lo que quieras decirle a tu amada
yo se lo digo al secarle las lágrimas
flojito al oído para que no se pierdan las palabras.
Se acercó al oído de la luna
diciéndole “el sol te ama”
llora en la lejanía
por no poder decírtelo cara a cara”.
De la luna, de sus labios, una sonrisa
se cruzaron la mirada
“Dile al sol, colibrí, que me emocionan sus palabras,
Dile que la luna le ama, si bien no tiene palabras”.
Cada día al amanecer le susurra al sol el mensaje de la luna,
cada atardecer a la luna sus palabras.
Por eso brilla el sol y la luna
día tras día, sin palabras.
El colibrí por ellos habla.
Toni Oliver
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