Se paró el
tren
Se paró el tren, le estaba esperando
llevaba una hermosa rosa roja en la mano para regalársela, estaba
deseosa de abrazarlo, inquieta, nerviosa, se acercó al vagón
esperando que bajara, pero no aparecía.
Poco a poco el tren emprendió su
marcha, nada entendía. Se enfureció, tiró la rosa al suelo, la
pisoteó, maldiciendo el día en que le conoció.
Echando maldiciones entre dientes,
aspavientos con las manos, se dispuso a abandonar el andén.
Sonó el teléfono, era él, no
contestó. Siguió sus paso, un mensaje de él sonó. “¿Donde
estás?Te espero en la salida, no te encuentro, no te veo”...
Toni Oliver
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