Vuela la pluma
Vuela la pluma, ligera ella, por los aires, sin rumbo, sin destino, descendiendo sin prisa, observando los sucesos y excesos que sobre la tierra van sucediendo. Tiembla por el aire frío del viento que la transporta, de pronto cesa el soplo que la lleva y desciende mansamente sobre la blanca mesa. Humeante el café, su aroma compitiendo con el perfume de las flores del jardín, una mano de textura suave levanta la pluma, la observa, la sumerge en un tibio baño de tinta... Un poema sale.
Toni Oliver
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