¿Recuerdas aquél niño?
¿Recuerdas aquél niño?
Aquel que saltaba, chillaba
se caía, se levantaba
se peleaba, lloraba
de arañazos se llenaba
y no pasaba nada.
¿Donde tienes ese niño?
Ese que con sus amigos reía y jugaba
ese que se atrevía con todo
ese que se llenaba de barro
al saltar el gran charco.
¿Donde lo dejaste,
donde lo guardas?
¿Acaso ya lo olvidaste?
Allá en el tiempo de la nada
el que te consume tu tiempo
para comprar lo que no te sirve de nada.
Piensa, ¿Donde lo dejaste,
olvidado o encerrado,
en algún rincón de cualquier lado?
Piensa. ¿Quién te va sacar
de los apuros cotidianos
cuando ya ni piense tu mente,
ni te atrevas a andar, ni correr
mucho menos saltar
y mojarte en el charco
aunque te llenes de barro?
Piensa, ¿Quién te va a hacer reír,
sonreír, quién será tu cómplice,
el de tus andanzas, el que te incita
a que te atrevas quitándote la vergüenza
todo sea por la cómplice sonrisa
el guiño de un ojo, un beso, un abrazo?
Piensa, piensa, piensa.
Toni Oliver
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