De pequeño me enseñaban
De pequeño me ensañaban
que los hombres no lloraban
pasara lo que pasara
la lágrima no debía asomar
ni pasearse por la cara.
Muchos años manteniendo la idea
sin lágrimas por nada
hasta que un día de pronto
brotan por la cara
sin control ni concierto
inundando el llanto
con esas lágrimas.
Desde entonces, a veces
veces bastante repetidas
por alegría o dolor
por la simple emoción
saltan sin más
sin dejarme articular palabra.
Según los viejos baremos
de hombre no me queda nada
según los míos
los que los años me han enseñado
quizás hombre no quede
pero lo humano....
al infinito quizás llegue.
Y seguiré con mi emoción
de placer o de dolor
por un hecho o unos palabras
por una sonrisa o unas lágrimas
llenando mis ojos
de húmedas lágrimas
dejándolas correr por mi rostro
sin vergüenza alguna.
Mías son y las comparto
me siento más humano
pero eso no me planteo
simplemente lloro y callo
no por callar la voz
sino porque no salen las palabras.
Toni Oliver
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