Primavera de plata
Ahora que la primavera peina hilos de plata
qué no,que no quiero, que me callo lo que hablo...
Dejé mi alma atrás, dejé que mirara
quizás otra tarde callada alimente el olvido...
Hay coas que se lleva el viento
pero nunca esas cosas que contigo escribí
soy un guerrero sin lucha, sin noche...
Se han quedado los días quietos, grises
hay noches de aquí, de allí, noches de ayer.
Cuando no sé que decir, barca mía vengo aquí
a verte Soledad, querida compañera
soledad de paciente espera.
Hace tanto que fue ayer, no sé ni que día es
veo los retales viejos, de viejos papeles...
Aquí llueve, no corre el tiempo
viudos se han quedados los relojes...
Ama, aunque no sepas copo
poeta de saldo, guitarras de esquina
no dejaré ningún qué...
Tengo un refugio lleno de letras
libros que llenan paredes
he abrazado los vientos...
Dicen, comentan y dejo que comenten
hay momentos de silencio
eres tú un pasado recuerdo
un presente ausente...
He llenado las calles de farolas
y las lunas de media noche...
Hasta a mi me llega el dulce aroma
al son de los acordes de la guitarra...
¿Quién quisiera tener lo que ahora dicen que tengo?
Si para describirme sólo me llamas loco...
Te doy gracias, eres aquello por lo que brindo
copa en alto en una mañana de abril
que hay día que lo siento
puedo ser capitán del barco y dejarte en puerto...
No quiero ser el primero en decirte “te quiero”
no sé que será que las palabras no me salen
tengo un armario lleno de anécdotas
de recuerdos y momentos
Me tiraban de las plumas, me robaron los colores
no hay mañanas, ahora no sé que decir
ante este silencio cómplice
a veces me responde una sonrisa dibujada en la noche
cae ligera controlando las leyendas de un lejano ayer.
Sobre la arena del desierto le doy gracias al sol
te esperaré viviendo hasta nacer de los secretos del mar
Era el otoño de su vida
atrás dejé el ayer andando los caminos
escuchando los acordes salidos de la madera
torturada por la locura de esas silenciosas palabras
de mis noches sujetas del alféizar de tus ojos...
Tengo tiempo antes del abismo
antes que la ría me aporte el sabor a mar con un beso
soy lo que soy, que por ser, soy libre de mi
hoy tengo una canción para ti
la curva de mi pecado tostado al sol.
Parece que la obra ha terminado
el telón ha caído al vacío
mientras busco el perfume azul
entre los sueños enredados
un trozo de mar entre tus ojos negros
que la veda me cobra en tiempo...
Poeta de la servilleta entre barras, vidrio y birras
la tinta, callada, en silencio
pensando en como nacen las notas del baile de unos dedos.
Pertenezo a un tiempo donde la noche ya no calla
llamando el silencio a mi puerta de esas calles de Almería.
Grita el alma dejando la huella fría
cayendo la tarde en un inexistente pasado y más inexistente futuro.
Deja que sea yo el que mueva tu corazón
en esa callada quietud
un alma que se ha quedado sin formas
en el rincón del oscuro deseo.
Plasma el silencio la huella del olvido
dominando las sombras, a veces las siento lejanas
mirando mis manos llenas de tinta
me gustaría ver tus ojos
desde mi rincón, callado y frío.
En los momentos postreros
en esos tiempos tristes
convertidos en trocitos de silencio.
Creí domar el viento
andando los caminos inciertos
ahora en dique seco
no he olvidado el olvido
en esos días más largos
encerrado en las arenas del desierto
sigo teniendo motivos, pero no
mis estrellas no responden para alumbrar tus labios.
Quizás porque nací callado
en el balcón de la luna.
El eco que calla el perdido silencio
entre las arenas de mis letras
en la noche de sus ayeres.
Las calles del viejo París
con mi luna quieta
las palabras olvidadas...
¡Quién sabe de mí?
Quizás sea, quizás
nací callado en el sentimiento nocturno
de vivir, soñar, sentir...
Un silencio para Rosalía.
Toni Oliver
Dedicado al Poeta de la Servilleta. Antonio Serrano Rodríguez.
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