Me senté sobre la arena
Me senté sobre la arena
mirando el mar y su calma
esas olas con su parsimonia
ligero vaivén hacia la arena.
A lo lejos, con su sonrisa
Poseidón con su corte de sirenas
Neptuno y Él con su charla
pensando como romper mi paz.
Ambos agitaron las aguas
haciendo que se enfurecieran
ambos con sus carcajadas
yo dejando que el agua me acariciara.
Sabor a sal, se iba a mi piel se pegaba
las olas, aún con su furor, me masajeaban
de su furia disfrutaba
como un niño en una charca.
Me puse a jugar con las olas
como antaño,años ha, las toreaba
con mi cuerpo, sin capa
apareciendo tras ellas, mientras llegaban a la playa.
Enfurecidos ambos Dioses, atentas las sirenas
a ellas mando a la playa
tal como llegaban les recitaba
un poema de amor, mientras su sonrisa brillaba.
Los dos, enfadados, se sumergieron bajo las aguas
las sirenas calladas, escuchaban
esos poemas que para cada una inventaba
llegando a su eterna alma.
Se despidieron, dejándome sus lágrimas
saladas como el mar
bañando mi cuerpo con su felicidad
yo, mi piel lamía, sabía a la sal de sus lágrimas.
Toni Oliver
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