Observaba tu precioso cuerpo
Observaba tu precioso cuerpo
mientras las telas que lo cubrían
iban cayendo lentamente al suelo
descubriendo hasta el último recoveco.
Miré a tus ojos
intentando desnudar tu alma
ese gran misterio
tanto que cuesta verlo.
Tus ojos aparecieron oscuros
al tiempo que brillantes como el sol
me perdí, casi ciego, entre ellos
en un viaje a un mundo ignoto.
Mientras, mis dedos
intentaban descifrar tu cuerpo
sin prisas, despacio
saboreando tus besos.
Besos de tus ardientes labios
que caldean el invierno
como el fuego del infierno
que abrasa y abraza el corazón.
Llamas que nos iluminan
luces y sombras al baile de sus flamas
la música de su crujidos
el calor de nuestros cuerpo.
Toni Oliver
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