El reloj perfecto
Vi un reloj en una muñeca
sin agujas, cristal opaco
por los avatares rayado
perdiendo la esencia del engaño.
Apagó su palpitar
al enterarse de que era una farsa
lo de marcar un tiempo inexistente
inventado para controlar al humano.
Se puso oscuro por fuera
por dentro su alma cobró vida
dejó de ser frío y calculador
trabajando sus sentimientos.
Ahora en silencio
marca el palpitar de su corazón
no el de su vida metálica
ese invisible, tras su oscura pantalla.
Silente cobró su vida
ahora de un modo diferente
lejos de ser las miradas
de la gente impaciente.
Como un ermitaño
con su ermita de cajón
días, meses, años en el olvido
esos de ser ya no tienen razón.
Vive descifrando misterios
de la oscuridad del infinito
ya no tiene dolor
pero si siento algo desconocido.
Siente que antes muy querido
la atención de todos los ojos
ahora en el ostracismo
olvidado por todos.
Meditativo en la oscuridad encontró la luz.
Toni Oliver
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