Hice vibrar
Hice vibrar esas cuerdas
pintadas en mi espalda
como si fueran las de un violoncelo
con el arco de tus brazos
y el tacto de tus dedos
guiándome mis manos
haciendo nacer esas notas
que por el aire están flotando
como si fueran pájaros
quizás mariposas
tal vez luciérnagas iluminando
sobre las alas de las libélulas
juegos de colores malabares
mientras por dentro vibro
como una orquesta de jazz
cada sentimiento a su ritmo
momentos de solos alocados
aliados de cuerdas del violoncelo
el crin deshilachado del arco
mi cerebro mandando una sonrisa de lado a lado
ami, ya brillante, rostro
silente, con el sonido, ya, del silencio
sólo roto por las trompetas de la respiración
entrecortada por momentos.
Toni Oliver
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