Extraña librería
Extraña librería
más extraños los libros
vestidos de chaqueta
que al pasar con sus manos
se abrían mostrando su contenido.
No hacían falta palabras
ellos se ofrecían para la lectura
un trozo al azar
como aperitivo de su contenido
sonriéndote con los labios de la portada.
Si de largo pasabas
mucho se entristecían
dejando paso al siguiente
que te ofreciera sus entrañas
secretos para quien se atreva a girar las páginas.
Eran tantos, para mi desespero
leerlos a todos quería
veían mi descontento
me ofrecieron una silla
con ruedas, moviéndose despacio.
Me paré ante uno, al azar
no distinguía su contenido
me dijo, calma, cierra los ojos
empezó su auto lectura
enfatizando como si le saliera del alma.
Mi mente se sumergió
entre sus palabras, su tono
su pasión, como si él lo hubiera escrito
se alteraba mi corazón
al son de sus latidos.
Me perdí en el tiempo
que pasó como un relámpago
salí de ese paraíso
con la sensación que a todos los había leído
al abrir los ojos, todo había desaparecido.
Toni Oliver
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