Ya se acabó el estado de alarma
Ya se acabó el estado de alarma
ese de paz y amor
tras la careta y el pom pom
ya podemos volver al mundo
ese de las noticias falsas
al de las medias mentiras y verdades
ese de las mentiras enteras
a los sembradores de odio
al de los altavoces con fanfarria
al de las guerras inventadas
los virus provocados
al circo de los engaños
a los trucos de magia
para robarnos la pensión o el sueldo
dejarnos en los puesto
no porque no lo quieran
sino porque ya está gastado
podrido y deshilachado
al mundo de esas cajas fuertes grandotas
que rebosan con todo lo que nos roban
o a esas competiciones entre millonarios
para ver quien gana el Nº 1 en la Forbes
o, entre esos que no aparecen
muy peligrosos seres
que trabajan, perdón, se divierten
viendo como los pobres son más pobres
mientras ellos sí se enriquecen
eso sí, siempre tras la mampara
que en el anonimato les mantienen.
Volvamos a ese mundo en que no hay hambre
pero los mendigos en la calle duermen
mientras los de traje y corbata
esos que votamos y de nos se olvidan
miran para otro lado, no sea que algo les pidan
nos quejábamos de los curas y monjas
porque nunca daban y siempre pedían
esos son más peligrosos
no piden, simplemente se lo cobran
con sus chanchullos a mansalva.
Más ya no me extiendo
que nada más empezamos el año
sigan disfrutando de criticar
al hermano, la cuñada
la suegra, al vecino
o a cualquiera que se le vaya ocurriendo
ni se le ocurra mirar hacia sus adentros...
Toni Oliver
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