Si se entendiera al trovador
Cuanta razón se le daría al trovador
si la gente pensara
en lugar de obedecer a ciegas
olvidando el raciocinio.
Cuando actúa en la plaza
se burlan de sus palabras
de sus hechos, sus caras
mientras él ve sus propias desgracias.
Mas, algo le tranquiliza el alma
aunque predique en el desierto
se siente satisfecho
no tiene la boca callada.
Sabe que su destino
si alguien listo aparece
se chiva de sus palabras
a las mazmorras desciende.
Todo a pan y agua
si la boca abierta le dejan
para cantar a las cucarachas
lo más normal, sin lengua le dejan.
Toni Oliver
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