Oda a los paraguas
Aunque más bien debería llamarse “No dejen que la gente vaya por la calle armada”
Tranquilo vas por la avenida
por supuesto, por su acera
aparentemente todo en calma
hasta que cuatro gotas caen.
Empieza la batalla
se desenvainan los paraguas
debería decir espadas
quizás lanzas.
Abren sus sombrillas
llena de partes punzantes
por arriba, por los laterales
estiletes por doquier, la selva.
Te la meten si te agachas
si estiras la cabeza
a pinchazos te la cortan
a mil navajas si hace falta.
Uno quería un paseo en paz
pero entré en una cruenta batalla
sin armas, solo mi panza
pequeña se que quedado para espantar a los paraguas.
Aviso a las autoridades
prohíban esas armas
o den cursos de como usarlas
sin dañar a los otros paseantes.
O si de eso no saben
repartan armaduras
de buen acero brillante
así los estiletes romperán.
Me gustan los días de viento
en los que la lluvia hace su presencia
se lleva su armamento
tirándolo en la papelera.
Toni Oliver
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