El apagón
De repente, sin previo aviso, se apagaron todas las luces de la calle, las de los edificios, hasta las de los coches que circulaban. Se escuchaba como entre ellos chocaban. Intenté encender la luz del teléfono, nada, también estaba apagado, el resto de la gente, me imagino que tampoco pudo encender ni las linternas. Delante mía, la luz de una vela que se movía, ni tan siquiera parpadeaba, detrás de ella, una sombra, no se podía distinguir si era una persona o un fantasma, nada más que la vela se veía.
Toni Oliver
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