Ahí estaban
Ahí estaban
dos cuerpos enamorados
ardían como fuego
entre caricias, besos
miradas, mudos diálogos
dos corazones latiendo
ambos al unísono
acelerados como bólidos
en una carrera sin frenos
podría decir caballos desbocados
también en celo
eso es lo de menos
importa más el fuego en sus labios
las brasas de sus dedos, sus manos
sin palabras, sus diálogos
el brillo de sus rostros
no, ninguno era el mío
pero el espectáculo era bello
natural, sin tapujos
ellos, los cuerpos, en su cielo.
Toni Oliver
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