Muchos anhelamos la libertad
Muchos anhelamos la libertad
no pensamos en sus inconvenientes
en el redil nos protege la manada
hasta los perros que nos llevan al matadero
fuera... Ahí todos los peligros
desde el hambre hasta el frío en invierno
los ataques de los mismos perros que nos guardaban
mil cosas más que no vienen a cuento
que más bien llevamos grabadas en el cerebro.
Y ya con esto claro
andamos con nuestros pasos
en doquier nos vayamos
nadie nos limita lo que pensamos
ni nos cercioran nuestros pensamientos
tampoco nos capan el cerebro
todo al contrario, lo reactivamos
añadiendo las neuronas que perdimos
aunque el alimento tengamos que proporcionarnos
en invierno el abrigo y recaudo.
Vemos las estrellas, el firmamento
el aire que respiramos no está contaminado
de las aglomeraciones nos alejamos
no sea que la corriente nos tire por el barranco
o nos aplaste a su paso
mientras contracorriente andamos.
Sí, nos miran raros
somos los incomprendidos
poco nos importa ese descaro
abrimos las alas, al cielo nos elevamos
aunque, tras la lluvia, al sol las pongamos
para una vez secas emprender el vuelo
disfrutando de la vida mientras podamos
“VIVIENDO”, en mayúsculas, en contra de lo ordenado.
Toni Oliver
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