Vivía en la cabaña el loco
Vivía en la cabaña el loco
si era loco o no
ni entro ni salto
pero como el tonto del pueblo
lo tenían etiquetado.
En doquier iba diciendo
entre copa y copa que le invitaron
mil verdades iba contando
la gente se iba riendo
este tonto cada día más loco.
Algunos sus palabras iban pensando
en sus mentes decían “tiene razón”
a otra copa le iban invitando
de él se estaban carcajeando
mientras, el tonto, el loco, iba viviendo.
Llegaron los amos del pueblo
cabeza gacha los iban alabando
quitándoles todo lo que habían cosechado
para comer a diario nada dejaron
del loco, del tonto se acordaron.
Ante tal robo
habitual, ahora y antaño
al dueño siguen besando la mano
loando, loando, loando
hasta que se había largado.
Luego, maldiciones por los adentros
pensando cual desgraciados
del tonto, del loco se acordaron
la culpa le iban echando
de todos los males lo estaban acusando.
Se inventaron mil cuentos
hasta de brujo lo tacharon
perjurando que era el malvado
culpable de todos los males acusado...
Murió el loco, el tonto,
con todos sus males se quedaron
de lo que decía, ya ni se acordaron.
Toni Oliver
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