Subía el humo del café
Subía el humo del café
ante la llama de la vela
que iluminaba la camilla
en penumbras la estancia.
Mil formas
graciosas y raras
entre su vaivén al son de la vela
de la ligera brisa que se filtraba.
En un momento
cuando mi mente estaba divagando
salimos ambos de dentro la taza
desnudos, mirándonos cara a cara.
Veía tu cuerpo, bello
bellas curvas de mármol
estatua viviente ante mis ojos
mi cuerpo convirtiéndose en caballo.
Quizás, mi lado salvaje
ante tal belleza imponente
traslucía mi cabeza pensante
mis lascivas ideas transparentes.
Caprichoso el humo
que en yegua te convertía
un sueño en apariencia
a ser tú de vuelta.
Ahora, más bella
que esa viva estatua
la que antes desde el humo asomaba
y yo... Volviéndome tierno y apuesto galán.
Entre la llama de la vela
el olor a café, ese humo
por un momento un espejo
mostrando mi calva y viejo pellejo.
Duró poco el sueño
un café al alba
mientras el sol apuntaba por la ventana
y mi alma...Divagando entre realidades y sueños.
Toni Oliver
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