Revoloteaba la mariposa
Revoloteaba la mariposa
entre las flores del cerezo
debajo, con la cabeza gacha
ternura por aderezo.
Dentro de esa cabeza
de mariposas otro revoloteo
perdiendo su esencia la gravedad
flotando sobre el suelo.
Abriste las alas
a un mundo nuevo
tocares nuevos, manos antiguas
rozando la piel, se eriza el vello.
Tras el visillo de seda blanca
irrumpe la luz, cual misterio
entre el miedo, la esperanza
la seguridad de ambos, el fuego.
Un paseo por las estrellas
entre llamas ardiendo
rompiendo el silencio las lágrimas
al caer en el lago de lo sueños.
Toni Oliver
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