Huele, al alba
Huele, al alba
ese perfume que sale de las llamas
se eleva, como el humo, una columna
se extiende como la niebla
ese pelo negro, rizado, eriza
en los labios dibuja una sonrisa
de fondo, una ligera algarabía
sonido hecho por el agua filtrada
procedente del calor de las llamas
mientras hondo, más hondo respiras
para absorber ese néctar
del cual su perfume inunda la cocina.
Abre los ojos, pegados por las sábanas
la mente dormida se pone en marcha
breves momentos de calma buscada
saboreando ese néctar de la taza
oscuro y caliente, como del diablo su alma
aportando luz al día
una sonrisa con esos ojos que brillan
como el mismísimo sol de madrugada.
Toni Oliver
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