Caminaba desorientado
Caminaba desorientado
sin rumbo alguno
huyendo de mi mismo
tras la lluvia salió el sol
ante mi un gran charco
echando pestes mis labios
en el charco, mi enemigo
ese del que estoy huyendo
culpable de todos mis defectos
de mis culpas y contratiempos.
Un momento de silencio
la ira de mis adentros atacando
a su cuello iban mis manos
para ahogarlo en el charco
así olvidarlo por los tiempos de los tiempos.
Al entrar mis manos en el agua, vacío
no pude encontrar el cuerpo ni su cuello
su imagen con las olas desapareció
deformándose, niebla en mis ojos
mis labios vacíos
mis manos mirando al cielo
acabando en aspavientos
mi cabeza de lado a lado
sin entender lo que había pasado.
Miré al sol
una nube en forma de dedo
me estaba apuntando
como si fuera el asesino
aunque fuera sólo un intento
otra que pasaba a su lado
una T y una U formando
miré otra vez al charco
entre las olas me estaba viendo.
Me decía una ligera voz
el culpable eres tú, no yo
no persigas al fantasma de tus pensamientos.
Toni Oliver
Profe Toni, qué sigan vivos los pensamientos y sus fantasmas 👍🏻
ResponderEliminarMuchas gracias, Cami.
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