Observando las llamas del fuego
Observando las llamas del fuego
absorto en mis pensamientos
siguiendo con mis ojos
el movimiento hipnótico
de ese danzar utópico.
Sonido de fondo
el chisporroteo de los leños
rompiendo el silencio
acompañando la respiración.
En la ventana, la luna con su brillo
tras los cristales algo se está moviendo
brillantes un par de ojos
siguiendo el ritmo del fuego.
Sin perder la calma, me levanto
abro los cristales, un rostro
una suave voz tartamudea de frío
la dejo entrar, se va al calor.
La hoguera le responde con cariño
la temperatura la abraza con fervor
con calma desaparece el temblor
su cara miro.
Desdeñada, todo un misterio
en medio de la nada ha aparecido
mi corazón, tembloroso, da un vuelco
de la calma al furor de los latidos.
Huele el café caliente, vapor
que se esparce por todo
perfumando nuestros pensamientos
ya con más calma, taza en mano.
Sólo miradas, brillo en los ojos
sonrisa en los labios alumbra su rostro
parpadea el quinqué de petróleo
poco importa, nuestro silencio es oro.
Diamantes del mejor joyero
su presencia, su respirar, su todo
joya que no tiene precio
incalculable valor.
Toni Oliver
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