Quizás
Quizás si escucháramos
la música del universo
el cante de los pájaros
del agua que va cayendo
esa lluvia de invierno
o las hojas del árbol
cayendo suavemente al suelo.
El agua que fluye plácida del riachuelo
o la que cae desde la cascada al barranco
los pasos de la tortuga entre el silencio
de los gatos el runruneo
de la mariposa su aleteo
el rozar de las alas del grillo
en el calor húmedo del verano.
En vez de escuchar de los labios
de la gente sus chismorreos
sus mentiras, su odio
la siembra de veneno
amplificando sus efectos
con los altavoces de sonido
comiendo el cerebro
ese invento divino.
Esos labios que vacían nuestros pensamientos
sembrando en ellos la ira y el odio
para que nos pocos llenen su ego
a costa del sonambulismo del pueblo
no se escatiman medios
para cerebros mudos
labios de voceros
que vocean sin saber que están diciendo.
Mejor tenemos los labios
para verlos y besarlos
nuestras miradas, nuestros ojos
para en silencio nuestros diálogos
donde el brillo de nuestro rostro
hable más que un diccionario ilustrado.
Toni Oliver
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