El vagón
El vagón de tren
una lámpara se mueve en el andén
el silbido anuncia la salida del tren
poco a poco el traqueteo te empieza a mover
monótono ruido, al tiempo ya ni lo escuché.
Me vino al recuerdo
un viaje de antaño
entre ires y devenires, uno de tantos
juventud en la sangre, aventuras a saltos
corazón latente, desbocado.
Vacía la cabina
duro banco, relleno de paja
estación a estación se llena la estancia
la señora, velo en la cabeza
las gallinas en una caja.
Con una caja, su señor le acompaña
unos conejos asoman la pata
de la cesta, sus manjares saca
pan, chorizos, hasta morcillas
me ve cara de hambre, su mirada le delata.
Sin preguntar, corta pan
con el embutido lo acompaña
con su mano me lo acerca
come que tienes la carne flaca
con huesos sólo uno no se aguanta.
Empieza la charla
del campo me habla
a veces no entiendo las palabras
son raras, extrañas
idioma extraño para los de ciudad.
En la estación se bajan
los abuelitos y sus jaulas
un abrazo, gracias
como si de toda ka vida
fuera uno más de la familia.
Sigue el traqueteo
sobre las vías, su balanceo
en el horizonte, a lo lejos
el sol se va acostando
entre montes y reflejos.
Entrecerrando los ojos
el descanso buscando
mi destino queda lejos
cruzando la tierra de lado a lado
horas y horas de balanceo.
Entre parpadeo y parpadeo
entra ella, como un misterio
se sienta a mi lado
un poco de todo hablamos
nuestras vidas, nuestro destino.
De la vida, su nada, su todo
de lo vano hasta lo más íntimo
entre las mudas palabras, silencio
silentes las miradas, ojos bellos
su cabeza acaba en mi pecho.
Al alba, entre el traqueteo
los ojos abro, un vacío
ya no está a mi lado
no sé si vivo o sueño
o fue una simple noche de invierno.
El sol entra por la ventana
llenando el hueco que quedaba
algo de calor después de las heladas
por la ventana, la escarcha
una estación, el tren se para. Mi parada.
Toni Oliver
No hay comentarios:
Publicar un comentario