Café en mano
Café en mano
ardiente como el infierno
humeante como la leña ardiendo
su perfume, como el de las rosas en su jardín.
Sentado mirando al cielo
rayos de sol de mil colores
entre las finas hojas de los pinos
el trino de los pájaros.
Suena como un concierto
auditorio improvisado
entre trino y trino
canta el ruiseñor.
Entre las ramas
unos pequeños sujetos
duendes de lo incierto
hadas de la ilusión.
Bellos colores en sus vestimentas
extraños en una tarde de invierno
donde brilla el sol
tras la nieve y el frío.
Calienta las manos
ese café ardiendo
su perfume en los pulmones va entrando
el paladar lo va deleitando.
En los labios una sonrisa
brillo en el rostro
mirada a ningún lado
de unos bellos ojos...
Toni Oliver
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