Sale de puerto el anciano velero
Sale de puerto el anciano velero
rumbo a ninguna parte, sin destino
tiene que dejar ese sitio
que le carcome por viejo.
Despliega todo su velamen
como orquesta el crujir de sus maderas
al romper con las olas
subiéndose a sus crestas.
Sus maderas bien amaradas
con cuidado calafeteadas
aislando bien el agua
para que no entre en sus sentinas.
Entre crujido y crujido
de noche va avanzando
sopla el viento helado
la sangre al ruido se va acostumbrando.
Entre las nubes las estrellas
jugando al escondite con la luna
entre estelas de cometas
nacen los sueños con las propias estelas.
Bien abrigado
el frío poco a poco las cuadernas va calando
como buen velero sigue navegando
aunque viejo está bien preparado.
Las frías manos en la caña
sujetando el timón con fuerza
para no ir a la deriva
vamos rumbo al alba.
Amanece, el sol rojo, por el este
calentando la mañana
la salada brisa en la cara
entre las olas nuevas esperanzas.
Toni Oliver
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