La lluvia y la ventana
Golpea incesante la lluvia
suena como si fuera la aldaba
golpeando en los cristales
con furia desenfrenada.
Se balancean las ramas
sin ton ni son, al azar
al ritmo que el viento les marca
crujiendo bajo la lluvia desesperada.
En mi mente una maraña
de pensares infinitos, no se acaban
desordenados, una vida pasada
moviéndose igual que las ramas.
Moratones en mi alma
por bolas de granizo golpeada
por esa fuerza descontrolada
que te da la vida entre la nada.
Entre el recuerdo, unas lágrimas
algunos buenos recuerdos pasaban
entre los labios una sonrisa
alternando con la lluvia enfadada.
Entre las nubes asoma
la luna iluminada
haciéndose paso mientras la lluvia calma
el viento... Amansa.
Un espejo a mi vera
me ilumina la cara
el brillo de mis pupilas
entre la vela y su llama.
Toni Oliver
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