Me aficioné a la lectura
Me aficioné a la lectura
en los libros con sus historias
sentía tus manos bajo el agua tibia
caía abundante de la ducha
recordando, en el verano, la lluvia.
Recorrían la piel, dos esponjas
cada centímetro son sus caricias
el vapor del agua se convertía en niebla
como el agua que se evapora en la catarata
en su viaje de caída hacia la calma.
Mis manos el tacto recuerdan
esa piel aterciopelada
ardiente, apasionada
que con el aliento se estremecía
y con la lengua y sus mudas palabras.
No hablo de la vista
desaparecida bajo la espesa niebla
mientras el simple tacto me enerva
escalofríos en la piel, mariposas
que por el estómago revolotean.
A cada página que avanza
la pasión, la intriga
va rompiendo lo que imaginaba
palabra tras palabra, coma tras coma
gira de nuevo la hoja.
Un descanso, el capítulo se acaba
en la mente la incógnita
el ansia de seguir lo que se relata
dejando fluir esa lectura
como el agua que se desliza por la montaña.
Toni Oliver
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