Se iluminaron las alboradas
Se me iluminaron las alboradas
aún retrasadas en el tiempo
las gaviotas hambrientas
buscando en su vuelo
su deseado alimento.
En el ocaso los delfines
con su danza al viento
sopla la suave brisa
salada, bajo su sonrisa
el vals del ocaso
más no del tiempo
un descanso, un momento
el renacer de los tiempos.
Se torna roja la playa
al igual que el horizonte
fuego en el agua
ardiente el cielo
tiempo de relajamiento.
Despejada la oscura noche
con su luna plateada
algunas nubes lavan su cara
quizás algunas lágrimas
por esos buenos momentos.
El sol y la luna
cada uno con su brazo estirado
buscando un abrazo
prohibido a través de los tiempos
por un pasado que no viene a cuento
entre dos incomprendidos enamorados.
Toni Oliver
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