Delicados dedos
Delicados dedos
paseándose por todo el cuerpo
aflorando todos los sentimientos
escondidos en el tiempo.
Poco a poco, a su paso
vas notando el cuerpo atado
liberando sentires ignotos
con la sonrisa en los labios.
Ojos vendados
brilla el rostro
como nunca ha brillado
en el suelo esperando.
Siguen las yemas de los dedos
con su juego endiablado
Lucifer, el mismísimo
con su fuego incendiando.
Músiquita de fondo
los chillidos ahogando
salidos desde lo más hondo
de lo más sagrado.
Los dedos, no, ya no lo son
son unos brazos
apretando el cuerpo
como un oso asalvajado.
Buscan los labios a otros
ambos se van encontrando
mudas palabras se van oyendo
mudo diálogo...
Toni Oliver
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