Apareció el trovador
Apareció el trovador
de la más mísera nada
en medio de la gran plaza
tocando su cítara.
Melódicas sus palabras
endulzando el alma
contando las verdades
en una especie de farsa.
Entre la música y la sonrisa
de su boca la realidad
entra en los oídos como un cuento
las palabras no entienden los guardias.
Suena la cítara
melódicas palabras
verdades a mansalva
la masa las baila.
El roído sombrero pasa
unas monedas en él suenan
recoge la cosecha
tras sus pasos anda.
Desaparece en la nada
un recuerdo queda
la mente piensa
niebla, mucha niebla...
En poco ya nada queda
sólo la humedad
como recuerdo de esa música
algunas palabras calan.
Como era él
nadie se acuerda de su cara
ni de sus ojos, ni su ropa
sólo la música que sonaba.
Toni Oliver
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