El gran juego
Paredes de oro
cristales de diamante
piedras preciosas en todas partes
el dueño, ni se sabe.
Perros del hortelano
lobos insaciables
hipnotizados por lo brillante
como el burro con la zanahoria
delante la nariz el diamante
no saben que es inalcanzable.
Por pantallas modelos fantasmas
cargados con los brillantes
su mente van comiendo
convertidos en esclavos de alta alcurnia
sin alcurnia, ni modos, ni arte.
En los establos, los esclavos de los esclavos
unos aspiran a ser lobos
por un cacho de pan otros
los burlados, humillados
con farsas y palabras vanas
alabando al dueño, ese que “ni se sabe”
sacando brillo al oro
también a los diamantes.
El cacho de pan...
desaparecido por la magia del arte
el de las farsas, mentiras
el miedo y un corazón cobarde.
Toni Oliver
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