Con el pasar de las nubes
pararon nuestras vidas
nuestras ilusiones perdidas
del amor a la nada
del brillante sol a la tormenta
de aquellos besos a las reyertas.
Donde vive ese amor de antaño
ese de cuando estábamos enamorados
esa cabaña que era el hogar ha volado
ya no quedan ni los abrazos.
Donde se fueron esas cómplices miradas
esos ojos que brillaban cuando se cruzaban
esos rostros que resplandecían
hasta con las mudas palabras.
Corrió todo como el agua
la del río mientras por las laderas baja
en los lagos se calma
para arrancar de nuevo hasta la mar brava.
De dulce a salada el agua
toca cambiar de cauce, todo cambia
lo que antes era en recuerdo se queda
nueva vida aunque sea en la mar salada.
Caminos dispares
aunque sea en los mismos mares
nuevas tormentas y calmas
aventuras a raudales.
Toni Oliver
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