Sentada a la vera del camino
Sentada a la vera del camino
noche oscura, niebla a mansalva
se divisa la tibia luz de la luna
lejana, muy lejana.
Un alto en la larga caminata
piernas cansadas
mente despistada
la vista ya cansada
la niebla no deja ver nada.
Voces en mi cabeza
diciéndome avanza
la otra más calmada
estáte aquí sentada
llegará la noche estrellada.
Cala el frío en la piel erizada
los pensares rompen la calma
los dientes chirrían
no se articula palabra.
Se levanta y avanza
no puede seguir sentada
sin rumbo, sin ver la calzada
sólo sus pasos, respirando agua
sus temblores poco a poco se calman.
Vuelvan las voces que rompen la calma
sus recuerdos le hablan
le carcome su vida pasada
su presente le tapan.
Lucha ella con sus pisadas
ahuyentando los fantasmas
en sus manos la espada
la de su mente, la de su alma.
Toni Oliver
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