Triste, abatida
Triste, abatida
arrastrada a los últimos infiernos
de la boca de los salvajes perros
suelo ardiente llameante
espontáneamente arde tu pelo.
A los mismos perros te agarras
saliendo de ese infierno
da igual el camino
hay que levantar el vuelo.
Surcando los mares
azules, buscando avatares
sol radiante, brillante
sopla la brisa
despliegan las velas
rumbo a alguna parte.
Desconocido el universo
hermosas playas allá a lo lejos
no se ve gente que habite
tu navegando con tu velero.
Saltan los delfines
acompañando tu viaje
tu vuelta por los infinitos mares
tu la reina del universo.
Agua, mar, vida
donde antes era todo infierno
llamas y fuego
tu gobiernas tu rumbo
tu guías tu universo.
Estrellada la noche
como luciérnagas en el firmamento
parpadean a destiempo
tu sigues tu rumbo
el tuyo, el de tus sueños.
Toni Oliver
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